Nuestra Historia
Soy Elena, la fundadora de Silk and Chips, y siempre he pensado que hay placeres sencillos que, sin hacer ruido, se convierten en verdaderos lujos.
Para mí, ese lujo han sido siempre las patatas fritas: crujientes, saladas, felices. Me recuerdan a meriendas después del cole, aperitivos entre amigos, reencuentros que huelen a verano. Un gesto tan simple como abrir una bolsa se convertía en un pequeño ritual de disfrute propio o compartido, que nunca fallaba. Por eso, al crear esta marca, no podían faltar ellas.
Silk representa lo atemporal, lo que perdura. Chips, lo cercano, lo delicioso, lo nuestro. Juntas, dan forma a una marca que celebra el arte de vestir con intención. Con prendas pensadas para emocionar, durar y acompañar. Para estar contigo en los grandes momentos… y en los más sencillos, que muchas veces son los que más brillan.
Silk and Chips nació oficialmente en unas Navidades de 2024, aunque llevaba años latiendo en silencio, como una idea que esperaba su momento. Detrás de cada prenda, cada costura y cada imagen, estoy yo: historiadora del arte, amante de la belleza, y soñadora empedernida, guiada por una sensibilidad estética cultivada durante años de formación… y de vida.
Esta marca es también un homenaje. A mi madre, también historiadora del arte, que me enseñó a mirar. A mi padre, que me enseñó a escuchar. A una casa llena de vinilos, libros subrayados, revistas antiguas y visitas a exposiciones que dejaron huella.
Silk and Chips no es solo una marca de ropa: es un imaginario visual y emocional que llevo tejiendo desde la infancia.
Nuestro propósito es crear un armario que trascienda modas y estaciones. Prendas que vivan contigo y que, con el tiempo, quizás pasen a otras manos para seguir contando nuevas historias.
Esto es solo el principio. Soñamos con dar forma a un universo propio, un espacio donde la estética, la historia y la creatividad se encuentren.
Bienvenidas a Silk and Chips.